Los naranjos tienen su origen en India, Pakistán, Vietnam y
el sureste de China y fueron traídos a occidente por los árabes.
Por supuesto ya tenían un nombre: en
sánscrito se les llamaba nâranga.
Un término probablemente de origen dravídico, no ario, que en tamil significa
‘fragante’.
De India pasó a Arabia, donde se llamó naranj y luego al sur de Francia, donde en
provenzal antiguo se llamó naurange (pronunciado [noránsh]).
Luego en inglés y francés norange se convirtió en orange, debido a que el artículo
inglés a y el francés une que
aparecen en “a norange” y “une norange” pasaron de manera errónea a an orange y une
orange respectivamente.
Sin embargo, en castellano se ha
conservado la forma naranja,
sin modificaciones.
Pero no todos los idiomas utilizan la
misma palabra. En holandés se la llama sinaasappel,
‘manzana china’, en alemán se la llama Apfelsine,
‘manzana de la China’ y en el África septentrional fronteriza a España, t’chinate.

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